martes, 24 de noviembre de 2015

"Astrid y Veronika" de Linda Olsson

Destacada por el suplemento literario del New York Times como uno de los mejores libros del año y galardonada con el premio más prestigioso otorgado por los libreros suecos, esta primera novela de Linda Olsson se ha convertido en un rotundo e inesperado éxito de ventas en Estados Unidos y Suecia. Para enfrentarse en soledad a una pérdida reciente, Veronika, una joven escritora, se instala en una casita de campo en una zona boscosa del interior de Suecia. En ese enclave donde reinan la paz y el silencio, su único contacto con el mundo es Astrid, una mujer taciturna que habita la única casa de los alrededores y con quien apenas intercambia un saludo de vez en cuando. En apariencia, las dos mujeres tienen poco en común: Veronika ronda la treintena, ha recorrido medio mundo y ahora busca la reclusión; Astrid, por el contrario, es anciana, nunca ha salido de su pueblo y no tiene quien la visite. Y sin embargo, a partir de una circunstancia imprevista, ambas inician una frágil relación que, a medida que el invierno deja paso a la primavera, va creando entre ellas un espacio de intimidad que les permite hablar de su pasado y sus recuerdos. Con la llegada de las primeras fresas silvestres, los secretos que atormentan a cada una de ellas saldrán a la luz, y su profunda y sincera amistad dará nuevo sentido a sus vidas.

Es una historia de huidas y encuentros, de historias del pasado y miradas a un futuro incierto.

Dos personas huyendo de un pasado traumático: una encerrándose en casa, aislándose del mundo de forma que todos la consideran una bruja; la otra, alejándose del mundo que conoce, yendo a un lugar desconocido, rompiendo todo contacto con su vida anterior. Las dos buscan la soledad; pero se encuentran y ahí las heridas se empiezan a curar.

Astrid, una anciana huraña y esquiva, y Veronika, una joven escritora que se esconde de sí misma, las dos en busca del olvido. Pero sólo cuando se reúnen y se van contando la una a la otra su pasado, sólo ahí encuentran el consuelo necesario y las fuerzas para continuar.

Es un libro escrito de una manera pausada, lenta, parsimoniosa, con descripciones muy sensoriales; casi se puede oler la lluvia, sentir el hielo crujir o el calor del sol sobre la piel.


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