sábado, 4 de marzo de 2017

"Memorias de Bastian" de Hugo Egido

Dachau, 1995. Dentro de los actos de conmemoración de los cincuenta años de la liberación del campo de concentración de Dachau, un obrero que estaba trabajando en el saneamiento de un calabozo encuentra una antigua caja de latón. Tres días después, algunos medios escritos ya se hacían eco del descubrimiento: los diarios de Bastian Höss de 1936 y 1937 preservan el recuerdo de aquel tiempo no tan lejano.

Berlín, 1936. Bastian Höss, joven y prometedor profesor universitario e investigador del departamento de sociología, se ve arrastrado a colaborar en un primer programa gubernamental dirigido por Reinhard Heydrich, director de la poderosa Gestapo. Su objetivo: diseñar los cimientos de lo que hoy conocemos como el Holocausto, la solución final al problema judío. En sus diarios nos describe la lucha en la universidad alemana entre la ideología nazi y los profesores que todavía intentaban impartir conocimiento y ciencia, su lucha personal por preservar a sus seres queridos, la crisis económica y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. La cruda realidad de la Alemania de Hitler.


En este libro el autor nos muestra la hipotética forma en que se diseñó la "solución final" de los nazis contra el problema judío. Seguramente no esté muy lejos de la realidad.

La historia habla de Bastian Höss, un joven profesor universitario en el departamento de sociología, que es reclutado por Heidrich para realizar un estudio sociológico de grupos étnicos o políticos, como judíos, comunistas, etc, para diseñar una forma organizada de librar a Alemania de esa "lacra".

Pero más que una novela es un estudio sociológico de la sociedad germana de los años 30, bajo el dominio nazi. Un estudio que muestra no sólo las dificultades de los profesionales no afectos al régimen, sino un estudio sociológico en toda regla de cómo lograr que un gran número de personas sean despojadas de sus derechos, tratados como ganado y finalmente exterminados sin que se rebelen. Y ahí entra en juego la experiencia del autor, que ha estudiado sociología y ahora está estudiando antropología.

El libro resulta intenso, árido en el sentido de que si no estás familiarizado/interesado con los estudios sociológicos te resulta difícil leer determinados fragmentos, pero aún así es un buen estudio de cómo pudo diseñarse el genocidio judío.


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