domingo, 30 de julio de 2017

"Ante todo no hagas daño" de Henry Marsh

Que se siente ser un cirujano del cerebro? Que se siente tener la vida de alguien en sus manos, y trabajar en el lugar donde se crea el pensamiento, el sentimiento y la razón? Como vivir con las consecuencias de realizar una operación potencialmente salva vidas cuando todo va mal? Ante todo, no hagas daño proporciona una visión inolvidable en los incontables dramas humanos que tienen lugar en un hospital moderno y ocupado. Por encima de todo, es una lección de la necesidad de esperanza cuando se enfrentan las decisiones mas difíciles de la vida.
Abriremos 2016 con el apasionante testimonio de un prestigioso neurocirujano inglés al final de su larga carrera. En Ante todo, no hagas daño —título extraído del principio supremo de la medicina, atribuido a Hipócrates de Cos en torno al 460 a. C.—, Henry Marsh acerca a los lectores el día a día de su especialidad, una montaña rusa de emociones opuestas, descubriéndonos cuantos misterios sigue custodiando el cerebro y los múltiples riesgos, limitaciones, dudas y conflictos morales a los que se enfrentan los neurocirujanos en la mesa de operaciones. Con una honestidad sorprendente, el autor desmonta la ilusión colectiva de que la neurocirugía es un arte infalible en manos de unos profesionales serenos, objetivos y de pulso perfecto. Escogido «Mejor Libro del Año» por el Financial Times y The Economist, y finalista del Guardian First Book Award y del Costa Book Award, Ante todo, no hagas daño es un testimonio extremadamente conmovedor de los triunfos y los fracasos que se dan a diario en los hospitales, al tiempo que una mirada experta a ese enigma inconmensurable que sigue siendo el cerebro humano.


Libro autobiográfico de un neurocirujano especializado en cirugía del cerebro, en el que nos narra distintos tipos de casos en los que ha participado al mismo tiempo que nos deja ver la realidad de esta especialidad tan dura, estresante y de consecuencias drásticas, tanto en lo bueno como en lo malo. Como él mismo explica, un porcentaje pequeño de riesgo no es lo mismo en la cirugía del cerebro que en otra especialidad, ya que las consecuencias de un mínimo error son fatales o aún peor.

El doctor Marsh, además, nos muestra la realidad de su profesión, a la que los pacientes endiosan, mostrando que ellos también son humanos, aunque caigan en el mismo "error" cuando se transforman en pacientes ellos mismos.

También hay una crítica, no tan subliminal como parece, a los nuevos sistemas de gestión hospitalaria, más enfocados a los criterios económicos y de gestión que a la medicina en sí.

Y aunque no lo dice explícitamente, sí se nota ese "egocentrismo" que caracteriza a los cirujanos. Ellos son los protagonistas de la operación y los demás (residentes, enfermeros, anestesistas..) meros comparsas (exagerando un poco, claro).

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