sábado, 17 de marzo de 2018

"Mujercitas" de Louisa May Alcott


Una re-lectura de este clásico de la infancia que no me canso de recordar. Emotivo, divertido, que ha servido de inspiración a varias versiones en cine y series.

Esta obra de Alcott reproduce tanto en su estructura como en su tema la conocídisima novela alegórica de John Bunyan, El progreso del peregrino (Pilgrim's progress), y de aquí que muchos de los títulos de los capítulos sean alusiones directas a esta obra (Juego de los peregrinos, Cargas, Beth encuentra el Palacio Hermoso, El valle de la humillación de Amy, Jo conoce a Apolión, Meg visita la Feria de las Vanidades, etc.). A la vez, cada una de las muchachas March está caracterizada por un defecto o pecado: Meg, vanidad; Jo, ira y gestos varoniles; Beth, timidez; y Amy, egoísmo. A través de lecciones que irán aprendiendo "a lo largo del camino", conseguirán mejorar y superar estos defectos. De ahí que pueda ser considerada una novela de crecimiento o evolución personal, así como una guía/modelo de conducta para señoritas. En el transcurso de la novela, las chicas traban amistad con el vecino de al lado, el joven adolescente Laurie, que se vuelve amigo "especial" de Jo. Así como los temas más serios y tristes narrados más arriba, el libro describe las actividades de las hermanas y su amigo, como crear un periódico y realizar un picnic, y los roces por los que pasan Jo y Laurie. También se plantea que Meg al pasar por todo el camino de los peregrinos logra convertirse en una mujercita, comprometiéndose con el señor Brooke.
Alcott compuso Mujercitas durante 1867 y comienzos de 1868, y escribió con fervor por dos meses y medio en la novela, fuertemente basada en su tiempo y varias experiencias de su crecimiento como mujer junto a otras tres hermanas en Concord, Massachusetts. La novela fue publicada por primera vez el 30 de septiembre de 1868, obtuvo éxito inmediato y vendió más de 2.000 copias. La crítica ya la etiquetaba como un clásico. Algunos lectores reclamaban un segundo volumen, enviando cartas a Alcott en petición de una continuación, que finalmente conseguirían.

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